Chakra es una palabra sánscrita que significa rueda o círculo, y es un simbolismo utilizado en la filosofía hindú para ilustrar la manifestación de las ideas de la naturaleza en el ser humano.
Empecemos por explicar “idea de la naturaleza”; el universo es movimiento incesante, todo lo que vemos es solo energía que está transicionando de una forma a otra (aunque a veces tan lento que no lo percibimos); nada permanece estático nunca, y hay mecanismos inviolables para asegurarse de ello, Platón los llamaba “ideas”, Kant los describió como “voluntad” y los científicos como “leyes naturales”. Es precisamente en la naturaleza en donde es más fácil observar a las ideas trabajando, la ley de gravedad puede ser el ejemplo más sencillo; la tierra tiene un campo de atracción con el sol, pero a su vez se atrae con todos los demás planetas del sistema solar y con otras estrellas más lejanas, esto es lo que hace que no se colapse con ninguno, que se mueva en una órbita y ¡que nunca pare! En los seres vivos podemos también observar leyes naturales trabajando, la cadena alimenticia es un buen ejemplo; todos los seres vivos tienen que alimentarse de algo y están destinados a pasar sus vidas enteras buscando alimento, incluso una planta, que se alimenta de rayos solares, pasará su existencia moldeando su cuerpo para “cachar” más de estos. Mientras más sofisticada la forma de vida, también más complejas serán las manifestaciones de esta idea, en los animales le decimos instinto y en los seres humanos deseo, pero a pesar del grado de sofisticación o complejidad, todas tienen su origen en la voluntad del universo de que NADA PARE NUNCA. Mientras la mente del animal está confinada al cuerpo físico y no es capaz de conectar con otras ideas más allá de la de mantenerlo con vida, la del ser humano no está limitada por la corporeidad, se puede mover por el espacio/tiempo que es compartido e infinito y ahí es capaz de conectar con ideas de orden superior. Los chakras son los símbolos que representan las ideas que mantienen a la humanidad en la incesante vorágine que acompaña el transitar de la animalidad a la divinidad, el camino que por ser humanos es nuestra misión recorrer y que a continuación describiré: 1. Al ser la “humana” la forma más compleja de vida terrícola, todas las manifestaciones de las formas inferiores están también contenidas en su naturaleza, los instintos de supervivencia, de dominancia y reproducción están presentes, pero dando forma a las ilusiones más sofisticadas que llamamos “deseos”. Este es nuestro nivel de consciencia más básico, puramente salvaje por más refinadas que sean sus formas; una persona podría amasar una fortuna inmensa o convertirse en presidente de un país a base de la fuerza o de cometer crímenes, y no por su alto status social significa que tiene una conciencia superior a la de un gorila macho-alfa (alguien así seguro lo está leyendo con una sonrisa); alguien podrá comer y tomar las cosas más sofisticadas, autodenominarse “foodie” o cualquier otro sustantivo snob, pero si su máximo gozo es algo que se echa a la boca, hablamos de un nivel de consciencia “perruno” cuando más; con esto no estamos diciendo que las manifestaciones que compartimos con los animales sean “malas”, estas son necesarias para la continuidad de la especie, pero es importante entender que son estas las expresiones más básicas dentro de las posibilidades humanas. Estas ideas y todos los mecanismos que las hacen posibles en el ser humano están representadas por Muladhara, el chakra raíz. 2. El ser humano empieza a ser humano cuando tiene el deseo por entender la naturaleza, por controlarla y escapar de sus leyes que lo aprisionan, ningún animal ha tenido nunca deseo tal, menos tendría los medios para intentarlo. La idea base que nos hace humanos es la libertad, ¿de qué nos queremos liberar?, de los ciclos repetitivos de la naturaleza, de todas las ideas del chakra raíz que limitan nuestra humanidad; a todas las manifestaciones de esta búsqueda por la libertad se les representa con Swadishthana, el centro de donde emerge toda la energía creativa; todas las grandes búsquedas de la humanidad tienen su origen aquí, las artes, las ciencias, las revueltas sociales… todo camino espiritual inicia también aquí, el que hoy estés leyendo esto es obra de Swadishthana. ¡Warning! No todo aquí es miel sobre hojuelas tampoco, la búsqueda de la libertad puede tomar muchas formas, y algunas de ellas pueden ser ilusorias al grado de que en lugar de elevarnos al siguiente nivel, nos pueden regresar a los niveles más salvajes; el vicio en todas sus formas es la gran trampa en el camino de Swadishthana. 3. A medida que el ser humano experimenta con la naturaleza y la empieza a generar conocimientos sobre ella, también despierta el deseo por controlar, por dominar; aquí no hablamos del dominio salvaje del primer chakra, aquí no se trata ya de dominar a otros para sentir seguridad (ausencia de miedo), sino de dominar la vida propia, el propio destino, la propia mente. Para quien está activo en los dos primeros chakras, la existencia se debate entre la búsqueda material y la espiritual, entre la rutina y la creación, entre el orden y el caos; Manipura es donde empieza el intelecto, la capacidad de decidir y la fuerza de voluntad. Cuando actuamos desde el primero o el segundo chakra, lo hacemos de forma autómata buscando seguridad o placer, cuando Manipura interviene hay un juicio lógico en donde se busca una solución que brinde un gozo más duradero con menores “efectos secundarios”; Desde Manipura es que se contruye la felicidad conforme se va perfeccionando el poder SOBRE UNO MISMO (por eso es que se le llama el chakra de poder), en este camino el enemigo a vencer es la ilusión de que podemos imponer nuestra voluntad en el mundo material, este engaño nos lleva de regreso a los terrenos del chakra raíz. 4. Conforme el auto-control cumple su cometido, las emociones primitivas (miedo, ira y aburrimiento) van perdiendo fuerza y terreno, y en esa medida se abre el espacio para que afloren de forma espontánea otras nuevas, muy diferentes, más humanas… aquí empieza el camino en Anahata; la exposición consciente a sentimientos como gratitud, alegría y compasión es la fuerza transformadora más grande que puede experimentar un ser humano, ahora el intelecto ya sabe lo que es la felicidad y hará por encausar las acciones y pensamientos que le permitan permanecer ahí. Anahata es la puerta del cielo, aquí empieza el camino de la auténtica devoción, es solo aquí donde se puede experimentar el amor, donde se puede encontrar a Dios. Los desequilibrios en Anahata son muy conocidos por todos, cuando las emociones superiores no se generan espontáneamente, habrá un impulso en la mente por fabricarlas, por imaginarlas, pero en la realidad son los deseos primitivos con un bonito disfraz, la mayor parte de lo que se habla en el mundo sobre el amor, la devoción y la felicidad son solo ilusiones… 5. Como ya vimos antes, el intelecto nace en Manipura y se refina en Anahata… el máximo grado de refinamiento es cuando este se hace consciente sobre cómo los pensamientos y las emociones se cristalizan en la naturaleza, en el “mundo real”. Vishuda es la creación, todo antes de aquí existió solo en forma latente, en gestación, ahora toma forma y se manifiesta… nace; es aquí en que la voluntad universal de la transformación perenne se cristaliza por medio del ser humano, todas las ideas que se fueron moldeando por los diferentes niveles de consciencia (o de inconsciencia) ahora salen a la luz en forma de palabras, acciones y ondas cerebrales; cuando hay consciencia a este nivel, todas las cadenas causa-efecto están a la vista, el yogi conoce empíricamente que no hay pensamiento o emoción libre de conexiones karmicas, sabe que está creando siempre y cuida su creación porque al final esta es “el mundo”, ¡su mundo!. Cuando no hay el entendimiento de que la creación es un proceso natural, fluido e imparable, y que lo único que necesita es refinamiento intelectual, el individuo desarrolla la ilusión de que su obra es un fin en si mismo, que es necesaria y que solo él/ella puede hacerla; una mamá sobre-protectora, un empresario workaholic, un fanático religioso o un político represor presentan desequilibrios a este nivel. Por el momento lo dejaré hasta aquí, lo descrito al momento es la parte del camino que es de interés y provecho para un auténtico practicante, la búsqueda de los dos chakras superiores (no mencionados aquí) está reservada solamente para quien ya ha encontrado un balance sostenible de los primeros cinco. Namaste.
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Agosto 2023
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